martes, 7 de abril de 2009

Me gustan los martes

¿Fórmulas mágicas?

La semana pasada tuvimos que hablar desgraciadamente de las agresiones que se habían producido en los campos de fútbol, dirigidas principalmente a los árbitros. Comenté entonces que habría un artículo destinado a las soluciones, ese "continuará" que hoy se produce.

Cierto es que la complejidad en este aspecto es casi infinita, ya que de lo contrario ya se habrían llevado a cabo los diferentes métodos ideados para evitar la violencia en el fútbol. Como nadie sabe la forma de actuación, nos resignamos a seguir viendo agresiones tanto físicas como verbales en los estadios.

Es esa una de las cosas que más resignación me produce. He oído a mucha gente decir: "Los insultos en el fútbol son normales, lo que no lo es son las agresiones físicas". Es triste, sí.

Yo creo que el papel más importante en este tema lo juegan los clubes. Ya se que son las Federaciones y los diversos Comités los encargados de imponer las sanciones, y que si éstas fueran duras podría erradicarse la violencia. Sin embargo, anteponiendo que estos ya lo hacen, me inclino por la rama de los equipos, y por el trabajo que deben desarrollar.

El primer paso para llevarlo a cabo es querer. Sin voluntad nada se puede hacer, y en muchos casos tengo dudas de que los equipos quieran ponerle solución. Sobre todo porque puede afectar al rendimiento de sus equipos en las competiciones, y porque también puede ser un agravio para sus arcas, ya que dejarían de ganar ese poco dinero que reunen.

En lo que se refiere a los aficionados, deberían de ponerse mucho más serios. Saben qué gente es la conflictiva, y para esos la entrada debería estar prohibida. Cierto es que la puede montar el que venga de fuera, pero cada uno se debe preocupar de lo suyo. Hay que ser mucho más severos en este aspecto, y pedir un profundo cambio en las formas de actuar. Claro que esto significa menos taquilla.

Y respecto a los equipos propiamente dichos, eliminar de las plantillas a aquellos jugadores que partido tras partido tengan tanganas. En cualquier momento se le puede ir a uno la cabeza, pero todos sabemos que en muchos equipos hay siempre algunos que son los peligrosos. Puede afectar a los resultados, pero si queremos que no haya "cristos", habrá que echar a esa gente. Antes de llegar a esos extremos, se podría optar por las sanciones internas.

Para finalizar, comentar un caso de la semana pasada. En un programa de radio se discutió si la Federación tenía la posibilidad de quitar la ficha a alguien que agreda. Los altos cargos de dichos organismos dijeron que no, e incluso hubo alguno que utilizó la palabra "inconstitucional". Sin embargo, un colega árbitro ojeó la famosa "Ley del Deporte" a la que se referían, y encontró lo siguiente:

Artículo 79 1. Las sanciones susceptibles de aplicación por la comisión de infracciones deportivas correspondientes serán las siguientes:a) Inhabilitación, suspensión o PRIVACIÓN DE LICENCIA FEDERATIVA, con carácter temporal o DEFINITIVO, en adecuada proporción a las infracciones cometida.

Ahí queda.

8 comentarios:

César dijo...

Estoy en desacuerdo contigo, Garman.

El papel más importante lo tienen los comités de competición y los árbitros. Si hubiera sanciones de verdad y los árbitros se negaran a pitar a los equipos que agreden, se acabarían las agresiones de golpe. O casi.

Gabri dijo...

Muy buena la entrada Garman ;)

César, si un árbitro se niega a pitar un partido lo normal es que luego haya reprimendas y lo mismo si lo decide el comité entero, rara es la vez donde no pasa nada.

César dijo...

Ah, que hay reprimendas. Ya. Jo, qué miedo. ¿Qué te puede hacer el presidente del comité, darte unos azotes? ¿Ponerte cara a la pared? ¿Mandarte al designador del frac?

A cambio, ¿qué te puede hacer un tarado en un campo de fútbol? ¿Abrirte la cabeza? ¿Bajarte los pantalones? ¿Romperte la mandíbula? ¿Amenazarte con un arma?

¿No os acordáis de los árbitros de primera que se negaron a pitar al Atlético de Madrid mientras Gil siguiera ladrando? ¿Y qué pasó? Pues nada, que el comité designaba a quien podía, y que los colegiados anti-Gil mantuvieron su dignidad.

Anónimo dijo...

Mirad, yo si hay algo que tengo claro es que hoy en día estando como están las cosas ninguna acción de este tipo queda sin "premio". Cualquier Presidente de Comité quiere estar a buenas con el de la Federación y hará todo lo posible por tenerle contento, y si hace falta represaliar a unos árbitros, tomará medidas contra ellos... Porque al final, seguimos siendo lo más bajo de la estructura institucional del fútbol

César dijo...

Anónimo, estoy de acuerdo contigo. Lo has dicho perfectamente. Pero mi matización viene por la palabra "represalias".

¿Qué es lo peor que te puede "represaliar" un presidente? ¿No ascender? Pues vale, allá él y su conciencia.

Anónimo dijo...

No creo en que la gente tenga conciencia, porque el final he llegado a la conclusión de que cada uno hace lo que mejor convenga a sus intereses... Con eso ya tenemos buena conciencia

César dijo...

Bingo.

Garman dijo...

Bingo y con buen premio. No ha podido estar más acertado "anónimo" en su afirmación.

Hay muchos que abogan por estar unidos, ya que somos un colectivo que tiene que apoyarse mucho entre sus miembros.

Sin embargo, siempre se habla de esquiroles, que son aquellos que sólo miran por sus intereses y, además, tienen miedo por lo que pueda pasar.