El pasado martes escribía sobre las agresiones que se produjeron el último fin de semana en el fútbol vizcaíno. Hoy, se han dado a conocer las sanciones, que han sido las siguientes:
1) Al presidente que le esperó al árbitro para amenazarle, 12 semanas.
2) Al jugador que propinó un cabezazo al árbitro, 4 meses.
3) Al jugador que propinó un rodillazo al árbitro, 6 meses.
Creo que en todos los casos las sanciones son bastante notables. No he visto otras ocasiones en que las agresiones a los árbitros, fueran del tipo que fueran, sean sancionadas con esa dureza. Me parece muy correcto porque debe servir como acicate para que el resto de jugadores se dediquen únicamente a jugar al fútbol.
El domingo pasado hubo una tertulia en un programa de radio local, en el que participaron árbitros, entrenadores, presidentes y representantes de Federación y Comité de Competición. En este último caso, su presidente. Creo que dicha charla ha sido determinante para tomar esta decisión, ya que la opinión pública, entendiendo como tal al fútbol vizcaíno, ha sido bastante notoria, y había que dar buena imagen. Bienvenido sea.
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